Visión general
Extracción de ácido sulfúrico en química inorgánica
Instrumentación para un control preciso de la temperatura y la presión
El ácido sulfúrico suele obtenerse en un proceso continuo de doble contacto. En primer lugar, el azufre licuado se quema como materia prima con aire seco para producir dióxido de azufre. La segunda etapa consiste en oxidar catalíticamente el dióxido de azufre en el horno de contacto, el corazón de la planta, utilizando óxido de vanadio para producir trióxido de azufre. La reacción de equilibrio exotérmico debe mantenerse a una temperatura comprendida entre 400 y 600°C. Para ello, el catalizador se dispone en distintas capas en el horno y la mezcla de gases que fluye a través de ellas se enfría repetidamente a la temperatura adecuada mediante intercambio de calor y refrigeración externa por gas. Como normalmente no es posible convertir todo el dióxido de azufre en el primer horno de contacto, el dióxido de azufre no absorbido se reabsorbe y pasa a través de otra capa de contacto después del primer paso en el proceso de doble contacto. Esto garantiza la conversión de gran parte del dióxido de azufre. El trióxido de azufre así producido se disuelve en forma de ácido sulfúrico antes de verterse en depósitos.
Dado que la temperatura en el horno de contacto debe mantenerse dentro de unos límites estrechos durante la reacción, una gestión muy precisa del calor y el registro exacto de las cantidades de sustancias que circulan son cruciales para la eficacia del proceso. Esto requiere equipos de medida fiables y robustos, que es lo que KROHNE lleva muchos años suministrando, incluyendo por ejemplo termómetros de resistencia con accesorios de protección y caudalímetros electromagnéticos para aplicaciones de proceso complejas con líquidos agresivos como el ácido sulfúrico. Garantizan mediciones de caudal fiables y de alta precisión, incluso en condiciones de proceso extremadamente duras y a altas temperaturas.